sábado, 21 de abril de 2012

Fundación EtiopíaUtopía. Angel Olarán



Fundación EtiopíaUtopía



 


Abba Malaku (nombre con el que es conocido alli, Malaku significa “Mi Ángel”) es un misionero que ha desarrollado durante gran parte de su vida una labor humanitaria en Africa, desde hace más de 10 años la desarrolla en Etiopia, en la zona del tigray. Pero mejor que él mismo describa su propia labor:

Nací en Guipúzcoa, en Hernani, hace un montón de años. Trabajé durante 4 ó 5 años en un banco. Después, de alguna forma, me vino la idea de lo que era conocido como mundo de misiones o Tercer Mundo. Yo quería trabajar en África, lo tenía claro, y no se porqué. Me puse en contacto con los Misioneros de África. Me ordené con 23 años, después del servicio militar, y cuando me preguntaron que dónde quería trabajar, yo tenía preferencia por Tanzania.

Para mi Jesús es una persona muy importante. Lo que Él me ha dado no me corresponde, no es mío, es para los demás. Se me ha dado gratuitamente y lo tengo que dar gratuitamente. Creo que el desarrollo personal está en función del trabajo que yo pueda hacer para los demás. Desarrollar lo que tengo yo pero no para mí, sino para ponerlo al servicio de los demás. De esa forma yo desarrollo también mi personalidad. Este es el concepto que tengo yo de Dios

Por una parte la ideología social de Mireri, y por otra mi experiencia personal de Jesús, me trajeron a África. Estuve 20 años en Tanzania y llevo 13 en Etiopía

Se dice que la Iglesia es la voz de los que no tienen voz, pero yo creo que los que no tienen voz, tendrían que ser la voz de la Iglesia. Pero hoy por hoy esa gente no tiene voz en la Iglesia. No se cuenta con ellos, ni se discute con ellos, no se programa con ellos. Son algo así como el objeto de nuestra caridad, y yo creo que tendrían que ser sujetos del desarrollo. Desde esa perspectiva trabajo
Creo que el subdesarrollo de África se debe en primer lugar a la falta de una infraestructura que anime a invertir en el continente

Tenemos el problema de que hay muchos líderes africanos que no son honrados. En los años 60-70 África se independizó de las potencias coloniales europeas, y yo creo que ahora se tiene que independizar de muchos de sus propios líderes. Hay mucha corrupción, mucho nepotismo. Los líderes son intocables. Cuando África se independizó apenas tenía gente formada que se enfrentara, discutiera o propusiera a los políticos. El mundo universitario e intelectual está creciendo ahora, y puede que ellos empiecen a oponerse. Puede que se consiga también la independencia de los estos políticos, que entraron siguiendo la misma ideología que los europeos. Quizá haya cambiado el color, pero no la mentalidad, aprovechar el poder para beneficiarse ellos mismos

Existe también un problema internacional. África tiene una agricultura muy fuerte y produce mucho, pero los precios se ponen en Europa. África no puede discutir los precios. Los gobiernos de aquí no pueden apoyar a sus labradores tal y como lo hacen los gobiernos europeos y americanos, por lo que estos no pueden competir con los precios del mercado, haciendo que la economía se vaya al garete. Hay gente que cultivaba café y ya no puede, ni algodón, ni azúcar, a causa de esta competición injusta en el mercado internacional, que es a todas luces criminal. Esta es una causa muy seria de la pobreza en África

Luego también están los paraísos fiscales que se han montado los gobiernos europeos, donde ellos están libres de impuestos a la hora de vender sus productos, y sin embargo vienen aquí, y hay cantidad de impuestos que ellos no pagan, y exigen a la gente de aquí que si lo haga. Hay muchas poderosas compañías internacionales en esta situación, y los gobiernos no tienen poder sobre ellos

Tenemos mucho que ver aquí, pero el sistema económico internacional juega muy a favor de Europa, y de una manera muy desleal. Es como quitar a una persona de aquí el pan de cada día, por si puede faltar en algún banquete de Europa. Quitamos el pan de aquí para llevar ese dinero a una sociedad que está casi desmoronándose por la riqueza

Ayer leía unas estadísticas después de todo lo que Blair y gente como él ha dicho de que es la época de África, y eso lo escucha la población y piensa que se está haciendo algo, pero solamente en África hay 450 millones más de personas que vive peor que hace 2 años. Creo que eso de perdonar la deuda son pequeños parches, ya que por una parte perdonas la deuda, pero por otro no cambias el sistema económico que está creando dichas deudas

Todo lo que sea ayuda para el desarrollo encuentra muchos obstáculos, pero no vemos que haya ninguno para que en este país, o en países africanos, existan aviones de guerra o armamento militar. Nunca hemos oído de una guerra aquí que acabara porque se haya acabado la munición, sin embargo muere mucha gente porque es imposible hacerles llegar comida. Y yo creo que no hay una voluntad seria, ni política, ni económica, ni religiosa de solucionar el problema

Luego está la globalización, que es un hecho del que no podemos apearnos, y no porque África no quiera, sino porque Europa –el primer mundo-, la necesita para aprovecharse del tercer mundo-
Yo quisiera imaginarme a un grupo de hombres y mujeres que automáticamente matara a 30.000 niños cada año. Habría una reacción impensable, serían criminales, terroristas, enemigos públicos número uno. Sin embargo, este sistema provoca la muerte de millones de niños, o que otros tantos millones, de tan solo 13 ó 14 años, tengan que prostituirse, y nadie se echa las manos a la cabeza

Muchas de estas niñas se ven avocadas a la prostitución, pues no tienen otra salida. Y prostituyen su cuerpo, pero no su alma. En cambio, muchos de los grupos de poder de Europa es cierto que no prostituyen su cuerpo, pero prostituyen su alma a diario. Y es esa prostitución de su alma la que hace que estas niñas tengan luego que prostituir su cuerpo.

Hay quien considera que hacerse cargo de un niño es un trabajo asistencial, que no tiene nada que ver con los derechos humanos. Sin embargo, una de los primeros derechos que la persona tiene es la comida. No es algo asistencial. La comida, la salud, la educación y el techo son derechos inalienables”.